Si gestas deportivas
deseas cantar, corazón mío,
grandiosos son los
certámenes de Olimpia,
y por su victoria
hemos de celebrar a
Hierón, que reina en Sicilia.
Adornado con todas
las virtudes,
cantado por muchos
poetas, por él convocados.
¡Descuelga del clavo la lira homérica,
Y cantaré la gloria
de Ferenico,
cuando junto al Alfeo se lanzó a la carrera
sin que su cuerpo
fustigado fuera,
y llevó a su amo a la
victoria.
Brille su fama
(…)
Muchas maravillas
hay,
pero a veces las
palabras de los mortales van más allá de la verdad,
si su narración se
decora convenientemente.
(…)
Que se me conceda
coronar a Hierón
por su victoria
ecuestre,
pues nadie es más
digno que él.
Un dios te protege,
Hierón,
Y celebraré con un canto más dulce
una nueva victoria en la carrera de carros.
Goza siempre de esta
felicidad,
y yo sea, por mi poesía,
insigne entre los griegos.
Píndaro, Olímpicas
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