viernes, 5 de agosto de 2016

EL RELOJERO DE FILIGREE STREET


Londres, 1883.

 Al regresar a su pequeño apartamento, Thaniel Steepleton se lleva una sorpresa: alguien ha dejado un reloj de oro en su almohada, pero el joven no tiene tiempo de averiguar quién ha entrado en su casa y se ha portado de forma tan generosa... Trabaja como telegrafista en el ministerio de asuntos interiores y acaba de recibir un cable anunciando un atentado.

Cuando la alarma del misterioso reloj le salva de una explosión que destruye varios edificios, Thaniel emprende la búsqueda del relojero que lo programó, y descubre a su creador: Keita Mori, un japonés amable y solitario, que domina los secretos del tiempo y le lleva de la mano a un mundo nuevo, delicado y misterioso.

Mientras tanto, Grace Carrow, una joven estudiante dedicada en cuerpo y alma a la física, se cuela furtivamente en una biblioteca de Oxford disfrazada de hombre, antes de que su madre la obligue a casarse.

¿Cómo van a cruzarse las vidas de Thaniel y Mori con las ambiciones de Grace? ¿Qué los une y, más aun, qué los separa?

                La novela de Natasha Pulley se acerca al género denominado steampunk: época victoriana, avances científicos basados en la tecnología del vapor, la combustión del carbón y la mec, y ciertos toques de fantasía. La autora juega con dos líneas temporales: el pasado, donde asistimos a la historia de Mori, y el presente, que es el que tiene mayor importancia y ocupa la mayor parte de la novela. Los protagonistas son Thaniel, un chico introvertido, con un don para la música, Grace, a quien le encanta romper las reglas sociales establecidas de la época y Mori, a quien iremos conociendo conforme avance la novela. La novela va de menos a más, hasta llegar al climax final, donde todos los misterios se resuelven.

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