Recuerda, cuerpo, no
solo cuándo te amaron,
no solo los lechos
donde yaciste,
recuerda también los
deseos que refulgían nítidamente
en los ojos que te
miraban,
recuerda las voces
que se estremecieron
antes de que un
obstáculo fortuito las ahogara...
Ahora que todo está
en el pasado
parece como si en
realidad
te hubieses entregado
a aquellos deleites.
Ah, cómo
deslumbraban.
Recuerda los ojos que
te observaron,
recuerda las voces
que temblaron por ti.
Recuerda, cuerpo.
Constantin Kavafis
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