El
8 de marzo de 1935 terminó la espera de Hachiko, una espera de diez años
acudiendo a las cinco y media de la tarde todos los días a la estación de Shibuya,
en Tokio, a buscar a su amo, el profesor Eisaburo Ueno, muerto diez años antes,
cuando se fue a dar una conferencia y murió por una hemorragia cerebral.
Luis
Prats en su novela nos ofrece esta abnegada historia de fidelidad, acompañada
de las preciosas ilustraciones de Zuzanna Celej recreando paisajes o
estampas japonesas.
La familia del
profesor Ueno ha adoptado un cachorro de un perro akita blanco, el perro de los
samuráis. Eisaburo lo recoge medio muerto en la oficina de correos de la estación,
pues se ha olvidado de que tenía que recoger el paquete. Una vez en casa lo
recupera con un tazón de leche caliente. Poco a poco, se va a establecer una
entrañable relación entre ambos, que los llevará a compartir todos los momentos
(la mujer del profesor se quejará de que éste saca más al perro que a ella
misma). En esta relación, Hachiko cada mañana acompaña al profesor a la
estación y, cada tarde, espera su regreso a las cinco y media. Cada día. Cada
mes.
Esta es la
primera parte de la historia que nos cuenta Luis Prats. En la
segunda, veremos cómo el akita acude todos los días a la estación a buscar a su
amo (hecho que llama la atención de todo el mundo), y cómo los vecinos y conocidos
del profesor lo cuidarán y alimentarán.
Es
una historia entrañable, y dura también, narrada con cuidado y mucho mimo. Por
ejemplo, con unos pocos detalles va recreando todo un mundo, ese barrio por el
que se mueven los protagonistas. La novela se centra en esa relación tierna
entre un hombre y su mascota, cuyos lazos van más allá de este mundo. Aunque
sepamos la historia, queremos ir pasando las páginas hasta llegar a ese trágico
final, no por menos esperado. Son emotivas las páginas donde vemos a Hachiko y
a Ueno dando sus paseos, y éste contándole pequeños detalles. Además, el autor
nos muestra algunos aspectos de la sociedad y cultura japonesa de 1920. Es una
novela infantil, pero que no desmerece en manos adultas; es una lectura corta,
parece más un cuento que una novela, pero que nos hace reflexionar sobre el
cariño, la fidelidad, la perseverancia…
PREMIO JOSEP M. FOLCH I TORRES 2014
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