jueves, 29 de marzo de 2018

AFRICANUS: EL HIJO DEL CÓNSUL


Es la primera novela de Santiago Posteguillo, con la que inicia la trilogía dedicada a la figura del estadista y militar romano Publio Cornelio Escipión el Africano, vencedor de Aníbal en la batalla de Zama. En esta primera parte se narra la infancia y juventud de Escipión, desde poco antes de su nacimiento hasta que conquista Cartago Nova.

A finales del siglo III a. C., Roma se encontraba al borde de  la destrucción total, a punto de ser aniquilada por los ejércitos cartagineses  al mando de uno de los mejores estrategas militares de todos los tiempos:  Aníbal. Su alianza con Filipo V de Macedonia, que pretendía la aniquilación de  Roma como Estado y el reparto del mundo conocido entre las potencias de Cartago y  Macedonia, constituía una fuerza imparable que, de haber conseguido sus  objetivos, habría determinado para siempre el devenir de Occidente. Pero el azar  y la fortuna intervinieron para que las cosas fueran de otro modo. Pocos años  antes del estallido del más cruento conflicto bélico que se hubiera vivido en  Roma, nació un niño que estaba destinado a cambiar el curso de la historia: Publio Cornelio Escipión.

                La novela se centra en dos personajes: Publio, al que vemos nacer, cómo se va formando mientras crece, sus primeras campañas militares hasta que conquista Cartago Nova. Frente a él, Aníbal, cómo conquista Hispania, pasa los Alpes, sus campañas en la península itálica sin que ningún general romano sea capaz de detenerle frente. Los dos arropados por muchos otros personajes, la mayoría históricos (Quinto Fabio Máximo, Marco Porcio Catón, que en los siguientes libros irá adquiriendo más peso como rival político de Escipión, Cayo Lelio, Maharbal…). Junto a ellos dos aparecerá un tercer personaje con fuerza: Tito Macio Plauto, el gran autor teatral, con él asistimos a los sufrimientos de las clases bajas romanas y al nacimiento de la comedia latina (genial el capítulo dedicado a la primera representación de la Asinaria).

La narración es fluida, y hay que destacar las batallas, que están perfectamente narradas, se nos cuenta, de una manera amena, las diferentes estrategias, cómo se disponen y de qué manera se mueven las tropas. No importa que sepamos de antemano el resultado de muchas de ellas, queremos ver cómo resistieron, cómo sobrevivieron, cómo vencieron.

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