VOSOTROS ESTÁIS AQUÍ
para aprender la sutil ciencia y el arte exacto de hacer pociones
—comenzó. Hablaba casi en un susurro, pero se le entendía todo. Como la profesora
McGonagall, Snape tenía el don de mantener a la clase en silencio, sin ningún esfuerzo—.
Aquí habrá muy poco de estúpidos movimientos de varita y muchos de vosotros
dudaréis que esto sea magia. No espero que lleguéis a entender la belleza de un
caldero hirviendo suavemente, con sus vapores relucientes, el delicado poder de
los líquidos que se deslizan a través de las venas humanas, hechizando la
mente, engañando los sentidos... Puedo enseñaros cómo embotellar la fama,
preparar la gloria, hasta detener la muerte... si sois algo más que los
alcornoques a los que habitualmente tengo que enseñar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario