Mañana, jueves, se publica una nueva aventura de Astérix y Obélix,
junto con el resto de los irreductibles galos; en ella encontraremos a César,
jabalíes que cazar y comer, menhires que repartir, la poción mágica de
Panoramix que no podía faltar, romanos a los que sacudir, y, por supuesto, la
fiesta final. Y tendremos nuevos y curiosos personajes de los que hablaremos
más adelante.
Este álbum es el número 36 de la serie creada en 1959 por el
dibujante Albert Uderzo y el guionista René Goscinny, fallecido
en 1977, quienes ya fueron relevados en el anterior volumen de la colección, Astérix
y los Pictos, del 2013, por el guionista Jean-Yves Ferri y el
dibujante Didier Conrad.
La aventura
toma como referencia el libro histórico escrito
por Julio César, La
Guerra de las Galias, donde se narra la campaña llevado a cabo por el
militar romano entre el año 58 y el 51 a.C. Pero César pudo haber exagerado y
desvirtuado algunos de los hechos, como podemos leer una de las viñetas:
“¿Quiénes de ellos van a protestar? ¡Son todos analfabetos! Tu libro dará fe de
que has conquistado toda la Galia y el Senado aceptará financiar tus otras
conquistas…”, palabras pronunciadas por un personaje que no aparece en ese
momento, un malo malísimo, Bonus Promoplús, un experto en los ámbitos del
marketing, la publicidad, la comunicación... Este personaje es un consejero
personal, que se desenvuelve cómodamente en la sociedad y sabe progresar en los
círculos de influencias. Promoplús es el hombre en la sombra del César, el que
se lleva las tortas por él. Está inspirado en el publicista francés Jacques
Séguela, que dirigió la campaña presidencial de Mitterand en 1981.
Y aquí entra un nuevo
personaje, Doblepolémix, un periodista combativo de un diario galo, El Eco
de Condate, que aspira a hacer estallar la verdad. Este personaje tiene
como modelo a Julian Assange, y, cuentan las malas lenguas, en un principio
su nombre iba a ser Wikilix. Pues César se vanagloria de haber conquistado tada
la Galia, pero…
Estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Galia está
ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos
resiste todavía y siempre al invasor...
Aún queda una aldea al noroeste de la Galia, la única parte del
país que no ha sido conquistada aún por Julio César, rodeada por cuatro
campamentos romanos: Babaórum, Acuárium, Láudanum y Petibónum.
¡Por Tutatis, estos romanos están locos!
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