Enviado por Pedro.
Recordando la tragedia de
Hiroshima.
Akiyuki Nosaka nació en 1930 en
la ciudad de Nakamura, provocando una grave enfermedad a su madre; por este
motivo, la familia se trasladó a vivir con una tía; no obstante, su madre se
recuperó y la familia tuvo otra niña, Keiko. En 1945, durante los intensos
bombardeos estadounidenses, su padre murió y su madre enfermó gravemente. Poco
tiempo después, su hermana también murió debido a la malnutrición. A patir de
estas vivencias, escribió su novela corta La Tumba de las Luciérnagas, que fue publicada
en 1967:
El 21 de septiembre de 1945, un indigente de 14 años llamado Seita
agoniza en una estación de tren. Tras morir por la inanición, su espíritu
comienza a recordar los sucesos anteriores a su muerte.
A finales de la Segunda Guerra Mundial, la aviación estadounidense
somete las ciudades japonesas a continuos ataques aéreos. En uno de los
bombardeos, la ciudad de Kōbe se convierte en un infierno humeante para Seita,
de 14 años, y su hermana pequeña Setsuko, de 5 años, pues encuentran a su madre
malherida en la escuela que ha sido convertida en un hospital de urgencia. Poco
después la madre muere y los dos hermanos deciden alojarse en casa de sus tíos
quienes les muestran un desprecio cada vez mayor.
Así que los dos hermanos terminan viviendo por su cuenta en un
refugio antiaéreo abandonado. Aunque allí pueden vivir con mayor desahogo y sin
suponer un estorbo para nadie, las cosas no les van mejor; la comida escasea y
no pueden esperar ningún tipo de ayuda, lo que es peor, los estragos de la
desnutrición cada vez son más visibles en la pequeña Setsuko, que terminará
muriendo.
La historia está contada desde el punto de vista de Seita, pero
con naturalidad, sin entrar en moralinas, juicios, sin entrar en mensajes
antibelicistas, lo que hace que sea más impactante. Se habla de las emociones
que rodean a los niños, que son los personajes principales.
si cogieran
luciérnagas y las metieran dentro del mosquitero, ¿no darían, tal vez, un poco
de luz? Y de este modo, y no es que pretendieran imitar a Shain, fueron atrapando
todas las luciérnagas que se pusieron a su alcance, una tras otra, y cuando las
soltaron dentro del mosquitero, cinco o seis emprendieron el vuelo con
suavidad, mientras las otras se posaban en la tela... ¡Oh!, ¡ya eran cien las
luciérnagas que volaban ahora por el interior del mosquitero!; seguían sin
poder distinguirse las facciones el uno al otro, pero el vuelo de las
luciérnagas les daba una sensación de serenidad y sus ojos se cerraron mientras
iban siguiendo aquellos movimientos suaves; las luces de las luciérnagas, en
hilera.
A partir de esta novela Isao Takahata dirigió su primera
película con el Studio Ghibli. Considerada, junto a La lista de Schindler de
Steven Spielberg y El pianista de Roman Polanski, como una de las mejores
películas antibelicistas de todos los tiempos, y una obra maestra del cine de
animación.
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