viernes, 7 de agosto de 2015

LA TUMBA DE LAS LUCIÉRNAGAS

                Enviado por Pedro.

                Recordando la tragedia de Hiroshima.

Akiyuki Nosaka nació en 1930 en la ciudad de Nakamura, provocando una grave enfermedad a su madre; por este motivo, la familia se trasladó a vivir con una tía; no obstante, su madre se recuperó y la familia tuvo otra niña, Keiko. En 1945, durante los intensos bombardeos estadounidenses, su padre murió y su madre enfermó gravemente. Poco tiempo después, su hermana también murió debido a la malnutrición. A patir de estas vivencias, escribió su novela corta La Tumba de las Luciérnagas, que fue publicada en 1967:

El 21 de septiembre de 1945, un indigente de 14 años llamado Seita agoniza en una estación de tren. Tras morir por la inanición, su espíritu comienza a recordar los sucesos anteriores a su muerte.

A finales de la Segunda Guerra Mundial, la aviación estadounidense somete las ciudades japonesas a continuos ataques aéreos. En uno de los bombardeos, la ciudad de Kōbe se convierte en un infierno humeante para Seita, de 14 años, y su hermana pequeña Setsuko, de 5 años, pues encuentran a su madre malherida en la escuela que ha sido convertida en un hospital de urgencia. Poco después la madre muere y los dos hermanos deciden alojarse en casa de sus tíos quienes les muestran un desprecio cada vez mayor.

Así que los dos hermanos terminan viviendo por su cuenta en un refugio antiaéreo abandonado. Aunque allí pueden vivir con mayor desahogo y sin suponer un estorbo para nadie, las cosas no les van mejor; la comida escasea y no pueden esperar ningún tipo de ayuda, lo que es peor, los estragos de la desnutrición cada vez son más visibles en la pequeña Setsuko, que terminará muriendo.

La historia está contada desde el punto de vista de Seita, pero con naturalidad, sin entrar en moralinas, juicios, sin entrar en mensajes antibelicistas, lo que hace que sea más impactante. Se habla de las emociones que rodean a los niños, que son los personajes principales.

si cogieran luciérnagas y las metieran dentro del mosquitero, ¿no darían, tal vez, un poco de luz? Y de este modo, y no es que pretendieran imitar a Shain, fueron atrapando todas las luciérnagas que se pusieron a su alcance, una tras otra, y cuando las soltaron dentro del mosquitero, cinco o seis emprendieron el vuelo con suavidad, mientras las otras se posaban en la tela... ¡Oh!, ¡ya eran cien las luciérnagas que volaban ahora por el interior del mosquitero!; seguían sin poder distinguirse las facciones el uno al otro, pero el vuelo de las luciérnagas les daba una sensación de serenidad y sus ojos se cerraron mientras iban siguiendo aquellos movimientos suaves; las luces de las luciérnagas, en hilera.

A partir de esta novela Isao Takahata dirigió su primera película con el Studio Ghibli. Considerada, junto a La lista de Schindler de Steven Spielberg y El pianista de Roman Polanski, como una de las mejores películas antibelicistas de todos los tiempos, y una obra maestra del cine de animación. 

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