Es el nombre de una serie de libros de terror y ciencia ficción para jóvenes creada en 1992 por el escritor estadounidense R. L. Stine. La serie consta de un total de 60 libros para España, el último de los cuales (Sangre de monstruo IV) se publicó en 1999.
Su éxito se debió a que Stine sabía como enganchar al joven lector. Para empezar, casi todos sus relatos tienen por protagonista a un niño o adolescente, con lo que de entrada uno ya se identificaba con el personaje. Además, su estilo narrativo es claro y directo, huyendo de complicadas figuras o elaboradas descripciones. Para mantener a la audiencia interesada en todo momento, utilizaba capítulos cortos, incluso de un par de páginas. Y cada capítulo debía terminar siempre dejando en vilo al lector, como el episodio de cualquier serie de televisión, para que éste no pueda dejar la lectura en ningún momento. Asimismo, los libros solían tener un giro final en el que la situación nunca se resolvía por completo.
La saga original de “Pesadillas” fue un auténtico éxito, al vender cerca de 300 millones de libros. Aunque su calidad literaria fuera inexistente (la formula se fue agotando), las novelas enganchaban entre los más jovenes y raro es en esos años quien no haya tenido alguna entre las manos.
Estos libros eran pequeños, baratos. Las portadas seguían el mismo esquema: arriba, el nombre del autor R. L. Stine, el goteante Pesadillas y el título del libro en cuestión, a veces entre exclamaciones. El resto de la portada, la combinación de motivos terroríficos y colores chillones, a veces con elementos fluorescentes, era la clave que hacía que los niños compraran el producto
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