viernes, 29 de septiembre de 2017

LOPE: LA FURIA DEL FÉNIX


No os cuento esto por otros, sino que lo sé por mí mismo. Dejad que os hable de Lope, de su espada y de la armada, de sus amoríos escandalosos, de sus galopadas en la noche. Dejad que hable de sus idas y venidas, de sus bastardos, de sus ansias de fama, y también de mentiras. ¿No llenaréis otra vez mi copa? Dejad que os hable de las envidias. De los teatros de la corte, de las rencillas entre escritores, de la triste España de nuestro rey Felipe, del desastre de las finanzas. De las cuchilladas y duelos a espada, de sangre y honor, de manuscritos y de impresores. De las tertulias literarias, de ajusticiamientos de poetas, de corrupción, de nobles y damas, de lances de honor. Que os hable de Valencia, de Madrid, de Sevilla del Siglo de Oro, de Granada de los Mendoza, de la Alhambra. De la gloria del teatro y del aplauso del público.

Dejad que os hable de Lope y de sus ansias de vivir y de su temor a la soledad y al olvido. Y de sus muchas miserias. ¿No merece mi relato un vino? Y después, juzgad si tenéis razón o no para envidiarle.

La novela de Blas Malo abarca la vida de Lope desde el Madrid de diciembre de 1587, cuando Elena Osorio rompe con él, lo que desencadena su  destierro de Madrid y el matrimonio con Isabel de Urbina, hasta su estancia en Granada en 1603, pasando por la boda con Juana de Guardo y sus relaciones con Micaela de Luján, aunque la acción comienza en  Lisboa, cuando Lope embarca en la Armada Invencible.

                El autor nos ofrece un acertado panorama de nuestro Siglo de Oro, donde se reflejan tanto las clases como distintos conflictos sociales (por ejemplo, la pugna entre el estamento religioso y la necesidad de evasión y diversión que necesitaba el pueblo que desemboca en el cierre de los corrales de comedias).

                La novela es amena y ágil; en ella se entremezclan personajes ficticios e históricos, todos ellos perfectamente trazados, como Juan de Dios de Belloso, Isabel de Urbina, Claudio Conde, Micaela de Luján, y por encima de ellos Lope, un Lope mujeriego (pues el está enamorado de la idea del amor) y ambicioso que quiere triunfar en las letras y en la escena (aparecen sus pullas con Góngora o Cervantes), revolucionando el teatro ofreciendo lo que la gente quería ver.

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