domingo, 17 de septiembre de 2017

EVOLUCIÓN DE LOS PRINCIPIOS DEL ANIMALISMO


El trabajo de enseñar y organizar a los demás recayó naturalmente sobre los cerdos, a quienes se reconocía en general como los más inteligentes de los animales.
Elementos prominentes entre ellos eran dos cerdos jóvenes que se llamaban Snowball y Napoleón, a quienes el señor Jones estaba criando para vender. Napoleón era un verraco grande de aspecto feroz, el único cerdo de raza Berkshire en la granja; de pocas palabras, tenía fama de salirse siempre con la suya. Snowball era más vivaz que Napoleón, tenía mayor facilidad de palabra y era más ingenioso, pero lo consideraban de carácter más débil. Los demás puercos machos de la granja eran muy jóvenes. El más conocido entre ellos era uno pequeño y gordito que se llamaba Squealer, de mejillas muy redondas, ojos vivarachos, movimientos ágiles y voz chillona. Era un orador brillante, y cuando discutía algún asunto difícil, tenía una forma de saltar de lado a lado moviendo la cola que le hacía muy persuasivo. Se decía de Squealer que era capaz de hacer ver lo negro, blanco.
Estos tres habían elaborado, a base de las enseñanzas del Viejo Mayor, un sistema completo de ideas al que dieron el nombre de Animalismo.

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Snowball y Napoleón explicaron que, mediante sus estudios de los últimos tres meses, habían logrado reducir los principios del Animalismo a siete Mandamientos.
Esos siete Mandamientos serían inscritos en la pared; formarían una ley inalterable por la cual deberían regirse en adelante, todos los animales de la «Granja Animal». Los Mandamientos fueron escritos sobre la pared alquitranada con letras blancas, y tan grandes, que podían leerse a treinta yardas de distancia. La inscripción decía así:

LOS SIETE MANDAMIENTOS

1.       Todo lo que camina sobre dos pies es un enemigo.
2.       Todo lo que camina sobre cuatro patas, o tenga alas, es un amigo.
3.       Ningún animal usará ropa.
4.       Ningún animal dormirá en una cama.
5.       Ningún animal beberá alcohol.
6.       Ningún animal matará a otro animal.
7.       Todos los animales son iguales.

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También se descubrió que los más estúpidos como las ovejas, las gallinas y los patos eran incapaces de aprender de memoria los siete mandamientos. Después de mucho meditar, Snowball declaró que los siete mandamientos podían reducirse a una sola máxima expresada así:

«¡Cuatro patas sí, dos pies no!».

 Esto, dijo, contenía el principio esencial del Animalismo. Quien lo hubiera entendido a fondo estaría asegurado contra las influencias humanas. Al principio, las aves hicieron ciertas objeciones pues les pareció que también ellas tenían solamente dos patas; pero Snowball les demostró que no era así.
—Las alas de un pájaro —explicó— son órganos de propulsión y no de manipulación. Por lo tanto deben considerarse como patas. La característica que distingue al hombre es la «mano», útil con el cual comete todos sus desafueros.
Las aves no acabaron de entender la extensa perorata de Snowball pero aceptaron sus explicaciones y hasta los animales más insignificantes se pusieron a aprender la nueva máxima de memoria.
«¡Cuatro patas sí, dos pies no! » fue inscrita en la pared del fondo del granero, encima de los siete mandamientos y con letras más grandes.

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Versión renovada

LOS SIETE MANDAMIENTOS

1.       Todo lo que camina sobre dos pies no es siempre un enemigo.
2.       Todo lo que camina sobre cuatro patas, o tenga alas, es un amigo.
3.       Ningún animal usará ropa, salvo los cerdos.
4.       Ningún animal dormirá en una cama con sábanas
5.       Ningún animal beberá alcohol en exceso.
6.       Ningún animal matará a otro animal sin motivo.
7.       Todos los animales son iguales.

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Versión definitiva

ÚNICO MANDAMIENTO

TODOS LOS ANIMALES SON IGUALES,
PERO ALGUNOS ANIMALES SON MÁS IGUALES QUE OTROS.

Que se resume en la siguiente máxima:

«¡Cuatro patas sí, dos patas mejor! »

George Orwell, Rebelión en la Granja

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