Alena Graedon nos sitúa en un
mundo en el que los libros, las bibliotecas y los periódicos son parte del
pasado, panorama tristemente creíble a la vez que aterrador. Las palabras han
desaparecido de la faz de la tierra para siempre.
A lo largo de la compleja trama vamos conociendo las
características de un mundo original, un futuro alternativo y distópico en el
que el papel se ha convertido en una reliquia para nostálgicos, y el lenguaje y
la escritura han sido sustituidos por unos dispositivos portátiles a los que
las personas viven pegados, unos memes que son algo más que un instrumento para
comunicarse, son tan intuitivos que toman decisiones y se anticipan a las
necesidades de cada ser humano, piensan por él. nos encontramos en un mundo
donde el lenguaje pierde su sentido y hace enfermar a sus usuarios hasta casi
llevarlos a la muerte.
Anana Johnson se encuentra
ayudando a su padre, Douglas Samuel Johnson, en la confección del Diccionario
Norteamericano de la Lengua Inglesa, un diccionario que nunca se imprimirá.
Pero un día, Doug desparece sin dejar rastro.
Douglas había sido la única persona en advertir sobre el peligro
de la desaparición de todo lo relacionado con la escritura: notas de
agradecimiento, caligrafía, periódicos, bibliotecas, archivos, sellos, etc. Ni
gobiernos, ni medios de comunicación ni la industria editorial hicieron caso de
sus advertencias sobre las consecuencias de “la enfermedad de descomprensión
que pudiera provocarnos el progreso”.
Anana creía que su padre siempre había actuado solo en su cruzada,
pero después de su desaparición comprueba que había otras personas que
compartían sus extrañas convicciones, además de descubrir un código secreteo de
su padre para advertirla de una situación de peligro.
Comienza así una peligrosa aventura, una búsqueda que la lleva
irremediablemente a sótanos oscuros, pasajes subterráneos, reuniones secretas y
los sagrados recintos del hogar espiritual de la palabra escrita.
El virus de las palabras es una original e inquietante novela de Alena
Graedon que nos invita a reflexionar sobre hacia dónde nos dirigimos
con la invasión tecnológica, qué ventajas tiene, cuáles son sus inconvenientes
y peligros, y qué capacidades y valores estamos sacrificando por el camino, si
algún centro de poder utilizara esa tecnología para su propio beneficio sin
pensar en las consecuencias. Nos muestra los aspectos más controvertidos del
avance tecnológico en nuestra sociedad, y nos advierte sobre la excesiva
dependencia de las nuevas tecnologías.
El punto de partida es muy simple: la práctica desaparición de los
diccionarios y la simultánea comercialización por parte de una compañía de
dispositivos móviles de sus definiciones que pasan a ser de propiedad privada,
y si las máquinas pueden llegar a transmitir un virus informático a los
humanos. Se van alternando dos narradores en primera persona, Anana y Bart
(mediante fragmentos de su diario). Junto
a ello encontramos textos "infectados" que pueden resultar
pertubadorores. Su ritmo de lectura es bueno, lo que facilita el interés del
lector por el relato
Los temas que subyacen son los mecanismos de creación del lenguaje
y su influencia en la sociedad, junto a la dependencia de los dispositivos
informáticos que favorecen la pérdida de comprensión lectora e impiden la
comunicación. Como la propia autora dice: “El final de las palabras significaría el
final de la memoria y del pensamiento. En otras palabras, de nuestro pasado y
futuro”.
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