lunes, 5 de mayo de 2014

EL LADRÓN DE DÍAS

Enviado por José Miguel

A Harvey, un niño como cualquier otro cansado de ir a clase y de una rutina diaria agobiante, a quien Rictus le ofrece la oportunidad de cambiar su vida marchándose a un sitio, la casa del señor Hood, donde la única obligación es divertirse todo el día. Cada día se despierta en primavera, come en un plácido verano, disfruta de juegos hogareños en la tarde de otoño y goza de los entrañables ritos navideños antes de irse a dormir. 

Como es natural no piensa en las posibles consecuencias de su decisión y deja que le guíe un desconocido a ese lugar tan maravilloso sin avisar a su familia para que no se preocupe.

En ese nuevo lugar hace amistades y recibe extrañas advertencias sobre el mismo. Al principio, como suele suceder no hace caso de nada, es más, ignora todo aquello que le dicen. Pero llega un momento en que no puede seguir rechazando lo que realmente pasa en el lugar: algunos niños desaparecen pasado el tiempo y la casa empieza a no parecerle tan atrayente como pensaba al principio, sino a asustarle. Descubre cosas increíbles, como es evidente, entre ellas que cada día pasado allí, ha sido un año en su verdadero hogar.

Pero lo peor está por venir, pues él es prisionero de la casa, la cual no lo va a dejar marchar hasta que lo consuma de todo, ya que se alimenta de la energía de los niños que admite. Con lo que sabe que tendrá que luchar contra ella y, a ser posible vencerla, para así liberar a todos los niños que han pasado por ahí.

Con El ladrón de días Clive Barker, uno de los maestros de la literatura de terror actual, recupera la tradición del cuento infantil, en el que la tragedia, el paisaje mágico e imaginación se entremezclan. Una obra apasionante y aparentemente ingenua como, en el fondo, cuidadosamente pensada. El libro incluye ilustraciones del propio autor

Hay que señalar que Norma Editorial sacó una versión en cómic de este libro, trabajo de Kris Oprisko y Gabriel Hernández, con  unos personajes que recuerdan poderosamente a los diseños de Tim Burton. Clive Barker conoce los resortes del género; es más, conoce los de ambos géneros, el del terror (que le hizo famoso) y el de la literatura para niños preadolescentes. En ese aspecto no tiene nada que envidiar al Neil Gaiman de Coraline, y la adaptación que de la novela hace Oprisko mantiene la carga inquietante y tenebrosa del original literario, presente también en muchos cuentos tradicionales. En lo referente al cómic, el trabajo de Gabriel Hernández es maravilloso: el diseño de algunos personajes está cargado de hallazgos; y basta con hojear las páginas de El ladrón de días para descubrir el peculiar universo que se esconde en ellas.



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