Viena 1993.
Alma, una niña española desaparece en un mercadillo de Navidad, por un descuido
de su padre Juanma Araque, que está tomando ideas para un próximo libro; su
madre es Carola Rey Rojo, especialista en secuestros y homicidios infantiles.
Viena 2020. Carola,
quemada por su último caso y en excedencia de la policía española, vuelve a
Viena con el encargo amistoso de catalogar para su posible venta la biblioteca
de un marchante de arte recientemente fallecido, hermano de un diplomático
sudamericano.
Allí, el
inspector-jefe Wolt Almann, amigo de Carola, y su grupo encuentran un esqueleto
infantil en el jardín de una casa de las afueras, que lleva enterrado varios
años.
Conforme se
acerca diciembre, la situación se le complica a Carola: va a visitarla Julio,
hijo de su segundo matrimonio, que está estudiando en Inglaterra; le acompaña
su novia inglesa, mucho mayor que él, aficionada a las drogas, y comienzan los
problemas. Flora, la criada de la casa, donde vive y trabaja Carola, es asesinada.
Aparecerá también Juanma, acompañado de su segunda mujer y manager, con objeto
de hacer un video promocional. Encuentran enterrados juntos más cadáveres
infantiles. El testigo de un caso posee una joya que pertenecía a Alma. Wolt
comienza a hacerse ilusiones con Carola. La aparición de las joyas dará nuevas
pistas sobre el caso. El “muerto”, Chuy, ha vuelto a la mansión y comienza a
seducir a Carola, a lo que esta no es indiferente. En el mercadillo de Navidad,
delante de Carola y Juanma, vuelve a desaparecer otra niña, que les recuerda a
su hija, de manera que lo que parecía un caso cerrado se complica.
Con todas
estas tramas que se entrecruzan, Carola descubrirá que nadie es lo que parece y
que uno nunca acaba de conocer a los demás (Julio no es el niño inocente que
cree, Juanma manipulado por Eva, su segunda mujer, etc…). Aunque la
investigación es importante, lo que nos interesan son los claroscuros que
rodean a los personajes y sus diálogos: Carola es una mujer fuerte, a punto de
jubilarse, pero su último caso la ha marcado y aún sufre por la pérdida de su
hija; Chuy, encantador con Carola, deslumbrante, pero su negocio de arte
asiático, aunque floreciente, no da para tener una mansión como la suya y
mantener su nivel de vida; Flora, la criada que no es criada; Javier, que acaba
de comenzar la universidad, pero que quiere disponer ya de la herencia de su
padre, aunque eso signifique dejar a Carola sin casa; Juanma, con quien Eva
hace lo que quiere, con tal de subir el índice de ventas; etc… Wolt Almann, ese
viejo inspector que ya ha aparecido en otras obras de Elia Barceló (El caso del artista
cruel, El caso del crimen de la ópera y El vuelo del Hipogrifo).
Ese misterio
que rodea a muchos de los personajes nos atrapa enseguida y hace que nos preguntemos
qué vendrá después. Y la autora, más pronto o más tarde, nos dará todas las
respuestas que buscamos.
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