A LOS LECTORES
Me sería más fácil enumerar los vicios y defectos de este libro que sus méritos y cualidades.
Antes de escribirlo, sabía que llegaría fatalmente a tal conclusión, pero lo escribí igualmente porque me divertía hacerlo, porque espero que alguien se divertirá leyéndolo y porque pienso que, pese a todas sus lagunas, llenará aquella, mucho mayor, que nuestros profesores olvidaron colmar: narración sencilla, relato cordial.
La he llamado HISTORIA DE LOS GRIEGOS porque, a diferencia de la de Roma, es una historia de hombres, más que una historia de pueblo, de nación o de Estado.
Por esto he reducido a lo esencial la trama de los acontecimientos políticos para dar preferencia a los que determinaron el desarrollo de la civilización y jalonaron sus grandes etapas. En este libro, los poetas y los filósofos cuentan más que los legisladores y los caudillos, la huella dejada por Sócrates y Sófocles me parece más profunda que la dejada por Temístocles y Epaminondas.
No pretendo haber dicho algo nuevo ni haber dado, a lo que ya es sabido, una interpretación original. Y ni siquiera me lo había propuesto. Mi ambición ha sido la de proporcionar a los lectores un medio para acercarse sin fatiga, y sobre todo sin aburrimiento, a tos antiguos griegos.
Espero haberlo logrado.
INDRO MONTANELLI
Milán, setiembre de 1959.
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