Hace ya unos años el Centro de Estudios de la Lectura y Literatura Infantil (CEPLI) indicaba que la lectura no debe imponerse, pero si facilitarse. La tarea de fomento en la escuela no es suficiente, por lo que se reclamaba la implicación familiar.
- Para construir un hábito lector en el niño los padres tienen que leer, pues de forma inconsciente los pequeños observan desde que tiene uso de razón el comportamiento de sus progenitores y tienden a copiar el modelo paterno.
- Los padres tienen que ser mediadores entre el niño y el cuento. Si es pequeño, leerle un libro para mostrarle que éste es un objeto cercano y fundamental.
- Si el niño ya sabe leer, y entiende que la lectura es una actividad silenciosa y solitaria, leerle las primeras páginas para que él luego continúe solo.
- Separa la lectura de las tareas escolares para dejar constancia de que es gratificante, no obligatorio. Nunca un castigo.
- Convencer al niño de que la lectura no es una pérdida de tiempo, que requiere un esfuerzo pero es divertida. Establecer al principio un horario preciso de lectura.
- Crear un ambiente propicio en el hogar. No encender la televisión cuando el niño esté leyendo o mandarle hacer un recado para manifestar así la importancia que la lectura tiene en su desarrollo.
- Implicarse en la compra de libros o acompañar al niño al servicio de préstamos de las bibliotecas infantiles.
- Leer antes losa libros para participar en la lectura del chico preguntándole. Comentar al niño que uno está leyendo para transmitir el entusiasmo.
- Es necesario que haya una evaluación paterna de la temática, el grosor y el tamaño de la letra del libro infantil. No hay que olvidar que todos los libros no gustan a las mismas personas.
- Crear una biblioteca infantil que crezca con el paso de los años. Los libros son una parte importante de la biografía de uno mismo.
- En la biblioteca deben convertir títulos escogidos por los progenitores con otros seleccionados por los niños. Que el pequeño se forme su criterio propio y adquiera confianza y seguridad en sí mismo.
- Los volúmenes tienen que estar ordenados en la librería por colores o tamaños. A medida que el niño crece, elegir una catalogación por colecciones, autores o temas.
- En las estanterías, junto a los libros infantiles, deben colocarse los vídeos y otros soportes audiovisuales que contengan información educativa que merezca la pena conservar.
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