Escuché el son de las
campanas en la Navidad,
que tocaban los
villancicos que tanto amaba;
y las palabras se
repetían:
"En la tierra
paz y buena voluntad para con los hombres".
Y yo pensé, llegado
este día,
cómo los campanarios
de toda cristiandad
habían repicado sin
cesar
este canto de:
"En la tierra
paz y buena voluntad para con los hombres".
Y así, repicando,
cantando,
el mundo giraba de
noche a día,
una voz, un repique,
un canto sublime de:
"En la tierra
paz y buena voluntad para con los hombres".
Pero luego, lanzando
sus malditos proyectiles,
los cañones tronaron
en el Sur,
y con su estruendo
silenciaron los
villancicos de:
"En la tierra
paz y buena voluntad para con los hombres".
Era como si un
terremoto hubiera desgarrado
los hogares de un
continente,
dejando en desamparo
a quienes habían
nacido confiando:
"En la tierra
paz y buena voluntad para con los hombres".
En mi desesperanza
incliné la cabeza;
"No hay paz en
la tierra", pensé;
"El odio es
fuerte
y hace burla de la
canción de:
"En la tierra
paz y buena voluntad para con los hombres".
Entonces retumbaron
las campanas con más fuerza y profundidad:
"¡Dios no está
muerto; ni duerme Él!
El Mal fracasará,
El Derecho
prevalecerá,
"Con Paz en la
tierra y buena voluntad para con los hombres."
Henry Wadsworth Longfellow
CHRISTMAS BELLS
I heard the bells on
Christmas day
Their old familiar
carols play,
And wild and sweet
The words repeat
Of peace on earth,
good will to men.
And thought how, as
the day had come,
The belfries of all
Christendom
Had rolled along
The unbroken song
Of peace on earth,
good will to men.
Till ringing, singing
on its way
The world revolved
from night to day,
A voice, a chime, a
A chant sublime
Of peace on earth,
good will to men.
Then from each black,
accursed mouth
The cannon thundered
in the South,
And with the sound
The carols drowned
Of peace on earth,
good will to men.
It was as if an
earthquake rent
The hearth-stones of
a continent,
And made forlorn,
The households born
Of peace on earth,
good will to men.
And in despair I
bowed my head
“There is no peace on
earth,” I said,
“For hate is strong
And mocks the song
Of peace on earth,
good will to men.”
Then pealed the bells
more loud and deep:
“God is not dead, nor
doth He sleep;
The wrong shall fail,
The right prevail
With peace on earth,
good will to men.”
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