Un año antes de su muerte, Franz Kafka vivió una experiencia muy insólita. Paseando por el parque Steglitz, en Berlín, encontró a una niña llorando desconsolada: había perdido su muñeca. Para calmar a la pequeña, el autor de La metamorfosis se inventó una peculiar historia: la muñeca no se había perdido, se había ido de viaje, y él, convertido en cartero de muñecas, tenía una carta que le llevaría al día siguiente al parque. Aquella noche Franz escribió la primera de las muchas cartas que, durante tres semanas, entregó a la niña puntualmente, narrando las peripecias de la extraordinaria muñeca desde todos los rincones del mundo.
Éste es el relato de aquella experiencia, en la que Franz Kafka fue un mago de la palabra para una niña desconocida de la que jamás volvió a saberse nada, como tampoco de aquellas cartas que constituyen uno de los misterios más hermosos de la narrativa del siglo XX.
Veamos el epílogo que escribe el autor para su libro:
Franz Kafka murió en el sanatorio Kierling, cerca de
Viena, un año después de que sucediera esta historia, el 3 de junio 1924, a los
41 años de edad. El nombre de la niña que perdió la muñeca nunca se ha sabido,
y las cartas que le escribió él durante tres semanas nunca han sido leídas por
ninguna otra persona ni encontradas. Dora Dymant, que vivía con el escritor por
entonces, fue la que explicó los hechos: «Aquel día, entró en el mismo estado
de tensión nerviosa que lo poseía cada vez que se sentaba frente a su
escritorio, así fuera para escribir una carta o una postal». Kafka escribió la
primera carta con absoluta seriedad y entrega, y después, también todas las
demás, tan volcado en ellas como lo habría estado por una de sus novelas o
relatos. No se sabe por qué le contó a la llorosa niña tan increíble
ocurrencia. Y tampoco por qué mantuvo tan singular historia durante tres
semanas.
Durante años, Klaus Wagenbach, un estudioso de
Kafka, buscó a la niña por los alrededores del parque, casa por casa, interrogó
a vecinos, puso anuncios en los periódicos, y todo ello sin éxito. Nunca perdió
la esperanza, y continuó yendo al parque muchos más años, hasta el presente,
siempre soñando con el milagro de dar con ella y preguntarle si conservaba
aquellas cartas que constituían uno de los documentos más importantes de uno de
los más importantes creadores del siglo XX.
Una obra de Kafka exclusiva para una sola persona,
una niña.
Y posiblemente la más bella y lúcida de sus
incursiones literarias.
En aquellas tres semanas epistolares, la muñeca le
enviaba su amor a la niña día a día, le contaba que sus viajes y aventuras en
el extranjero la retenían lejos. Al final, su noviazgo, compromiso, y
matrimonio, pusieron el broche de oro a tan notable peripecia. Para entonces la
niña ya se había reconciliado con la pérdida de su muñeca.
No se sabe tampoco si Kafka y ella siguieron
encontrándose en el parque hasta el prematuro final del escritor meses después.
Cuando le sobrevino el fatal desenlace, su amigo Max Brod no cumplió con su
última voluntad, destruir todos sus textos inéditos. Gracias a él se publicaron
en los años siguientes (El proceso en 1925, El castillo en 1926 y América en
1931), convirtiendo al escritor en uno de los más grandes referentes del siglo
XX.
Por mi parte, me he permitido la transgresión:
inventar esas cartas, terminar la historia, darle un final imaginario. Pudo ser
este u otro cualquiera, y no creo que importe demasiado. Lo sucedido es tan
bello en sí mismo que el resto carece de importancia. Lo único evidente es que
aquellas cartas debieron de ser mucho mejores y más lúcidas que las recreadas
por mí.
Gracias a la anónima niña y al autor de La
metamorfosis por tan singular hecho; a Dora Dymant (o Diamant según algunas
obras), que lo contó; y a Klaus Wagenbach, que lo convirtió en leyenda
buscándola incesantemente, así como a cuantos lo han narrado hasta el presente.
Vallirana, agosto de 2004, a los 80 años de la muerte de Franz
Kafka
Jordi Sierra i Fabra, Kafka y la Muñeca Viajera
Un booktrailer encontrado en Youtube sobre este libro:
PREMIO NACIONAL DE LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL 2007
LISTA DE HONOR REVISTA CLIJ 2007
PREMIO CERVANTES CHICO 2012
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