El 9 de junio de 1865, mientras viajaba en tren a Londres con su amante secreta, Charles Dickens -que entonces contaba con 53 años y se hallaba en la cúspide de su carrera literaria- se vio envuelto en un accidente ferroviario que cambió su vida para siempre.
Dan Simmons narra esos últimos años de la vida de Dickens, mediante la voz del amigo y a la vez rival del gran escritor, Wilkie Collins. Explora los enigmas que Dickens se llevó a la tumba y que aun hoy siguen sin respuesta, deteniéndose en los relacionados con su última e inconclusa obra: El misterio de Edwin Drood. De la mano de Collins, el lector descubre la oscura y doble vida que Dickens llevó tras el accidente, sus incursiones nocturnas en los peores tugurios de Londres y su creciente obsesión por la muerte.
A lo largo de la novela se va haciendo evidente que la amistad entre los dos escritores no es tan perfecta como parece, es más ni siquiera el mismo Dickens parece ser el caballero victoriano que aparenta. La rivalidad disimulada entre los dos se manifiesta en unos debates muy interesantes, dispersos a lo largo de la narración.
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