viernes, 7 de septiembre de 2018

27 LATIDOS



Rafael Salmerón nos presenta la vida en 27 latidos, en 27 capítulos.

         27 latidos de incertidumbre, de miedo, de duda, de rechazo, de vergüenza, de violencia, de intolerancia, de odio y de soledad. Pero también latidos de futuro, de amor, de lealtad, de libertad y de esperanza.

27 latidos de vida.

Gusto tiene dieciocho años y no sabe lo que quiere. ¿Estudiar? ¿Buscar un trabajo? Mientras lo decide espera en un banco del parque, dejando pasar  el tiempo. Y vendiendo drogas a los chicos del barrio.

Nico sabe lo que quiere. Quiere que Ainhoa sea su chica. Y quiere una moto. Y odia a Charly, que tiene pasta, una Aprilia RS50, y es el novia de Ainhoa. Y quiere la mercancía que Gusto vende.

Yeidy no quiere que a ella y a su familia les echen de su casa. Tampoco quiere tener que regresar a su país de origen. Ni quiere hacer muchas de las cosas que Kini, su novio, quiere que ella haga (por ejemplo, pasar fotos desnuda para que no le llame sudaca).

Máximo solo quiere que se olvide esa falsa acusación de delito sexual, con la novia de su hijo, que le costó su carrera y su familia. Que no le señalen, que no le miren como le miran. Lo que de verdad quiere es recuperar su vida y su dignidad.

Román, ese viejo quiosquero, querría poder volver atrás en el tiempo y hacer algo diferente para que Andrés, su nieto, no fuese un yonqui desahuciado. También querría saber cómo hacer para que Nico, su otro nieto, no caminase tras los pasos de su hermano mayor, y recrimina a Gusto, del que se ha hecho amigo, que venda droga.

                A través de estos cinco personajes, cuyas vidas se entrecruzan Rafael Salmerón nos ofrece un relato duro sobre la juventud actual, en el que aparecen temas como racismo, drogas, violencia, machismo, crisis, las falsas acusaciones, abusos sexuales y psicológicos…

                El estilo es sencillo, desnudo, intentando en los diálogos imitar el lenguaje coloquial de los jóvenes. No se profundiza en los personajes, pues al autor le interesa más la denuncia que hay en sus historias.

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