martes, 18 de septiembre de 2018

AURORA O NUNCA

En las peores noches de tormenta un misterioso navío emerge de las profundidades del mar y aparece en las costas de Aurora. Esta tenebrosa leyenda ha marcado la historia del pueblo y está asociada a una larga cadena de sucesos trágicos de la que ningún habitante consigue zafarse.

En esta obra han participado diez prestigiosos autores del panorama de la literatura infantil y juvenil: Ana Alcolea, Jesús Díez Palma, David Fernández Sifres, Alfredo Gómez Cerdá, Jorge Gómez Soto, Paloma González Rubio, Daniel Hernández Chambers, Rosa Huertas, Gonzalo Moure y Mónica Rodríguez. Todos ellos aúnan sus esfuerzos para dar vida a Aurora y conformar un puzle tan enigmático como asombroso.

                La primera impresión es que estaba ante una serie de relatos que ocurrían en el mismo escenario. Nada más lejos de la realidad. Aurora o Nunca es, en realidad, una magnífica novela, una novela escrita a diez manos. Cada capítulo se centra en uno de los habitantes del pueblo, y explora en cada uno de ellos el sentimiento de culpa, culpa por algo que hicieron y no tenían que haber hecho, culpa por algo que no hicieron y tenían que haber hecho. Esa culpa es, según Alfredo Gómez Cerdá, lo que va a vertebrar el libro; una culpa que se viene arrastrando desde tiempo atrás, desde el naufragio del Livjatan. También se logra dar unidad al conjunto a través de los personajes, pues un personaje secundario de un capítulo es el protagonista o personaje central del siguiente.

                Algunos de los personajes son inolvidables: Agustín Fóquel, un músico casi retirado, que abre y cierra la historia y a quien los lugareños le cuentan la leyenda del Livjatan; Tesifonte, el industrial arruinado y abandonado por su novia y su mejor amigo, que se va a refugiar en la locura; Sandra, la adolescente que ronda la rebeldía, pues se siente ignorada y menospreciada por Laura, la madre divorciada, y acosada por Abel, el nuevo novio de su madre; Blanca, que convive con el fantasma de su hermana gemela, muerta nada más nacer; Martín Cepeda, el vidente, y Braulio, el dueño del tanatorio, que rivalizan por el amor de la misma mujer; o Eze, el adolescente subsahariano, rebelde e inadaptado, que quiere volver a su África natal, y que, aunque no tiene un capítulo propio, está presente en varias de las historias…

                Todo rodeado por la niebla, la lluvia, las tormentas con sus truenos y relámpagos, los acantilados, el mar que dicta sus propias leyes, creando una atmósfera que agobia y encierra a los habitantes de Aurora.

PREMIO WHITE RAVENS 2018

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