miércoles, 13 de junio de 2018

EL LONDON EYE


Lo que más me gusta hacer en Londres es subir al London Eye.
En los días claros se pueden divisar hasta veinticinco millas, en todas direcciones: estás en la noria de observación más grande jamás construida. Te encierran en una de las treinta y dos cabinas con los extraños que te acompañaban en la cola y, cuando cierran las puertas, el sonido de la ciudad se desvanece. Y empiezas a subir. Las cabinas están fabricadas de cristal y acero, y cuelgan del borde de la noria. Según gira esta, se sirven de la fuerza de la gravedad para mantenerse en la posición correcta. Tardan treinta y cinco minutos en hacer un giro completo.
Kat dice que, desde lo más alto, Londres parece una ciudad de juguete y los coches cuentas de un ábaco, moviéndose a izquierda y derecha por las calles, deteniéndose y poniéndose de nuevo en marcha. Yo creo que Londres sigue pareciendo Londres y los coches siguen pareciendo coches, solo que más pequeños.
Lo que más me gusta mirar desde arriba es el río Támesis. Se ve perfectamente cómo hace una curva tras otra, a pesar de que a ras de suelo uno diría que fluye en línea recta.
Lo segundo que más me gusta mirar son las barras radiales y los cables metálicos del Eye. Su diseño hace pensar en una gigantesca rueda de bici contra el cielo, apoyada en un enorme soporte con forma de A.
Es curioso también observar las cabinas que se encuentran a ambos lados de la tuya. Ves a desconocidos que se asoman, como tú. De repente, la cabina que está por encima empieza a descender y queda por debajo, y la que estaba por debajo en un momento la puedes ver por encima de tu cabeza. Hay que cerrar los ojos para evitar la extraña sensación que sube por el esófago, y te alegras de que el movimiento sea lento y suave.
Y entonces, tu cabina desciende aún más y te da pena porque no quieres que el paseo termine. Apetece dar otra vuelta más, pero no está permitido. De modo que sales sintiéndote un astronauta llegado del espacio, un poco más ligero que antes.


LIBRO PREFERIDO ESTUDIANTES DE SECUNDARIA DE INGLATERRA EN 2008.
PREMIO BISTO 2008

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