En el colectivo aragonés Atrapavientos saben la importancia que tiene el hecho de que el libro se introduzca en la vida del niño antes de la edad escolar y que pase a formar parte tanto de sus juegos como de sus actividades cotidianas. También están convencidos de que la animación a la lectura tiene que ser divertida y apasionada porque la lectura es una experiencia ligada a las emociones. Leer ayuda a describir sensaciones, despierta la curiosidad, invita al misterio, procura divertir, induce a soñar, a fantasear. Quieren jugar con el concepto de ilusión ligado a los libros, que el acercamiento al libro sea mágico en toda su extensión.
A través de un bibliotecario muy especial, el ilusionista Pedro Tercero, capaz de extraer la verdadera magia de los libros, proponen un recorrido apasionante a través de la lectura, la creatividad y el ilusionismo.
De manera intencionada no se centra en un único libro. A lo largo de la sesión de animación muestra varios títulos y cuenta su historia a través de una pequeña sinopsis mágica. Pregunta si alguien ha leído la historia, si puede contar de qué trata. Y si no han oído hablar nunca de esas historias, nuestro bibliotecario las relatará con magia. La idea es que el niño se quede con el título, con el tema, con un concepto, por pequeño que sea, pero que recuerde y que desee leer ese libro más tarde porque ha creado un profundo y emotivo surco en su recuerdo a través de la ilusión. Un niño recordará más fácilmente una historia si se la contamos con magia.
Así que imagina que el mismísimo Nadarín aparece en las manos de un niño, o que nuestro mago bibliotecario puede transformarte en El pequeño rey de las flores. Imagina que, exactamente igual que en El león que no sabía escribir, necesitas expresar tus sentimientos a través de la escritura, o que una pizarra mágica escribe lo que tú has pensado. Y podrás ver con tus propios ojos cómo La pequeña oruga glotona se convierte al final en una mariposa. Imagina todo eso y adéntrate en la magia que tienen los libros en su interior.
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