domingo, 7 de octubre de 2018

¿ALGUIEN HA SUPUESTO QUE ES VENTUROSO NACER?



Me apresuro a informarle
de que es tan afortunado como morir,
y sé lo que me digo.
Paso la muerte con los que mueren
y el nacimiento con el bebé recién lavado,
y no estoy limitado entre mi sombrero y mis botas,
y examino múltiples objetos,
entre los que no hay dos iguales y todos son buenos,
la tierra buena y buenas las estrellas,
y buenos todos sus apéndices.
No soy una tierra ni apéndice de una tierra,
soy pareja y compañero de la gente,
todos tan inmortales e insondables como yo
(no saben hasta qué punto inmortales, pero yo sí).
Cada cual para sí mismo y los suyos,
para mí los míos, hombres y mujeres,
para mí los que han sido muchachos y las aman,
para mí el hombre orgulloso y que sabe lo que duele el desprecio,
para mí la amada adolescente y la solterona,
para mí las madres y las madres de madres,
para mí los labios que han sonreído,
los ojos que han derramado lágrimas,
para mí los hijos y sus procreadores.
¡Descubríos!
No sois culpables para mí,
ni rancios ni desechados,
veo a través del popelín y el guingán
si sí o si no,
y, tenaz, codicioso, incansable,
estoy alrededor y no se me puede apartar.

Walt Whitman

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