lunes, 21 de junio de 2021

MI ÚLTIMO DÍA DE CLASE

 

Querido amigo:

                Acabo de volver a casa en autobús. Hoy ha sido mi último día de clase. Y ha llovido. Cuando voy en autobús, normalmente me siento en la mitad, porque he oído que sentarte delante es de empollones y sentarte detrás es de macarras, y todo esto me pone nervioso. No sé cómo llaman a los «macarras» en otros institutos.

En cualquier caso, hoy he decidido sentarme delante con las piernas sobre el asiento entero. Estaba medio recostado con la espalda en la ventana. Lo he hecho para poder mirar al resto de la gente del autobús. Me alegro de que los autobuses escolares no tengan cinturones de seguridad, o si no, no habría podido hacerlo.

Lo único que noté es lo cambiados que estaban todos. Cuando éramos pequeños, solíamos cantar canciones en el autobús de vuelta a casa el último día de curso. La canción favorita era una de Pink Floyd, lo descubrí más tarde, llamada Another Brick in the Wall, Part II. Pero había otra canción que nos gustaba todavía más porque acababa con un taco. Era así:

No más lápices, no más libros,

no más miradas sucias de profesores;

cuando el profesor toque la campana,

tirad los libros y corred como cabrones.

Stephen Chbosky, Las Ventajas de Ser un Marginado

No hay comentarios:

Publicar un comentario