miércoles, 21 de abril de 2021

QUE NO ME GUSTA DE TU NOVIO

 

-¡Buenos días! -me sobresalta Yoana con su grito

-Madre mía, qué energías tienes. Con lo a gusto que se está durmiendo.

-Sal ya de la cama, dormilona.

Voooy -protesto-. Aún es Pronto

-Uy, mira, se ha vuelto a caer la foto de Richy.

-Como cada noche.

Ella se agacha e intenta volver a clavarla en su sitio.

-No hay manera...

Salgo de la cama y me acerco a ayudarla. Al final, como siempre, soy yo la que consigue que se sostenga.

-¿A que es guapo mi Richy?

Miro la foto. Lo tengo ya tan visto que es casi como si lo conociera en persona. La verdad es que se parece un poco al ideal de chico que me gusta: moreno, con el pelo ondulado, mandíbula fuerte...

-Pse le digo-. Feo no es. Pero...

-¿Pero qué?

-Pues que basta mirarlo para darse cuenta de que...

-¿De qué?

Me encojo de hombros.

-Mejor no te lo digo, porque seguro que te ibas a enfadar.

-¿Por qué? ¿Por qué me iba a enfadar?

-Porque «tu Richy» es muy guapo, pero no me gusta nada. Y seguro que a ti no te gusta que te lo diga.

Ahora es Yoana la que se encoge de hombros.

Venga, que prometo no enfadarme. ¿Qué es lo que no te gusta de él?

-Pufff, ¡todo! -me río-. Claro que lo que pasa es que mi opinión se ha formado a partir de las cosas que tú me has contado y seguro que muy objetiva ni soy...

Yoana sigue mirándome. Esperando que continúe Pero yo no sé si seguir hablando porque sé que se va a enfadar y ahora que nos llevamos bien, no me apetece que la liemos.

Y entonces, ¡se me ocurre una idea?

-¿Sabes qué, Yoana? Que en vez de decirte yo lo que no me gusta de Richy, ¿qué te parece si eres tú la que me dices lo que crees que no me gusta de él a mí?

-Vale... Yoana asiente-. A ver, déjame que piense. ¡Ya está! No te gusta nada que me controle. Eso me lo has dicho muchas veces.

-Ajá. Justamente.

No te gusta que me mande mensajes a horas raras y que me pida fotos para saber qué estoy haciendo o qué no estoy haciendo o con quién.

-Un día te cambiaste de ropa porque él te lo dijo.

Fue una tontería. No le gusta que lleve la camiseta esa tan ajustada si no está él. No es importante.

Entonces se dirige al armario y elige lo que se va a poner hoy. ¡Y lo primero que escoge es la camiseta ajustada

-Pues me la pienso poner, ¡que se fastidie! -se ríe.

-¿Y qué más piensas que no me gusta de él?

-Pues... que no le importen los estudios ni nada de eso. Aunque en realidad... a mí tampoco me han importado mucho... hasta ahora. ¿Sabes qué, Love? He sacado un siete en el test de ayer. ¿Te lo puedes creer? Y me puedo entender con las chinas...

-¿Qué chinas?

-Las de mi clase, claro.

-¡Que son japonesas!

-Bueno, lo que sean.

-No, si te acabará gustando estudiar.

--Tía, tampoco hay que pasarse -se ríe-. No me gusta nada cuando Richy se mete conmigo porque le digo que estoy haciendo deberes. No me gusta que me llame «tontita».

-¿Te llama así?

-Pues... a veces. Pero es así como en cariñoso.

-Eso es un insulto, Yoana.

-No hay que tomárselo así. Yo sé que no soy tonta, Y él también.

-Ya lo sé. A lo mejor a él le molesta que sepas más cosas. Que seas más lista. Que puedas llegar a ser algo que él nunca podrá llegar a ser.

Yoana se queda muy seria. Creo que nunca se le ha ocurrido pensar eso.

-Lo que sí he notado es que a veces me hace sentirme tonta.

-¿Cómo que sentirte tonta?

-Pues..., puff, es difícil de explicar. Con él me siento como si nunca tuviera razón. Como si fuese estúpida...

-Pero ¿por qué?

-Pues porque me dice que he dicho una tontería o que no he entendido algo... Pero ¿sabes qué, Love?... Que yo sé que no he dicho tonterías.

Suspiro largamente.

-De verdad, Yoana, no soy nadie para decírtelo, pero... ¿no estarías mejor sin él? ¿Tanto le quieres?

Yoana está mirando al suelo. Le brillan los ojos. A lo mejor me he pasado. Intento hacer una broma para quitarle hierro al momento.

-¿Sabes lo que me parece? -Me dirijo hacia la foto de Richy que se sostiene en el corcho de puro milagro-. Que este novio tuyo no es nada feo. Pero lo que le estropea es esa mirada de chulo, de..., ¡yo qué sé!, ¡de superioridad! Es que con solo verlo, me dan ganas de mandarlo a freír espárragos -lo digo riendo, para que se anime un poco.

Yoana se acerca a la foto y suspira.

Nos vestimos y luego, mientras desayunamos, Yoana vuelve a sacar el tema. Parece que no ha dejado de pensar en ello.

¿Sabes lo que no me gusta nada de Richy, Love? -No espera que le responda y sigue hablando-. Pues que le caen mal todas mis amigas. ¡Y yo las quiero mucho!

-¡Pues claro!

Dice que son una mala influencia, que se meten en nuestras cosas... Pero, claro, ellas piensan que es al revés, que soy yo la que he cambiado mucho, que desde que estoy con el Richy no soy la misma.

Bueno -intento explicarle-, a veces pasa con las amigas que, cuando una empieza a salir con alguien, se aleja del grupo de siempre y entonces las otras se enfadan.

Me acuerdo de lo que me pasó a mí con Marta cuando empezó a salir con Joan.

=No, no es solo eso. Es ... Bueno, es difícil de explicar.

-Pues inténtalo.

Yoana da un mordisco a su tostada con mermelada.

-¡Paso! -me dice con la boca llena-- Hoy me voy olvidar de Richy. Hay que vivir el momento. ¿Qué te parece Pablo?

-Ay, Yoana, eres incorregible.

-¿Por qué? -farfulla con la boca llena.

-Porque es idiota. De otro estilo, pero un idiota. ¿No lo ves?

-Es muy guapo. Y tiene mucha pasta. Y es atractivo. ¿No te lo parece?

-Un poco sí. Pero se le nota a la legua que es idiota.

-Es idiota.

Las dos acabamos diciéndolo a la vez y nos reímos a carcajadas.

Cuando acabamos de desayunar, salimos afuera.

El día soleado se ha convertida en uno nublado. Irlanda no deja de impresionarme con estos cambios tan repentinos de tiempo., Llueve, hace sol, llueve de nuevo, o sale la niebla de repente, como ahora

-Qué bonito -dice Yoana.

Y tiene razón. Porque hay una niebla espesa alrededor de los matorrales y el camino que conduce a la casa. La niebla es blanca y parece sólida, tan densa que apenas se ve la rueda de carro del jardín.

-Más vale que llevemos los impermeables porque parece que puede llover.

Y cuando salimos de nuevo a la casa para subirnos en las bicis, empieza a caer una llovizna fina, tan fina que casi no se nota.

-Es precioso -repite Yoana.

Nos quedamos las dos en el umbral de la casa mirando la lluvia. El paisaje alrededor se ha difuminado, casi parece una acuarela: entre la bruma los verdes se confunden los unos con los otros, el cielo ha desaparecido fundido con los árboles, y la niebla avanza, como si fuera algo físico, como retazos de algodón, serpenteando alrededor de nuestros pies.

-¿Sabes, Love? -me dice de pronto Yoana-. A lo mejor estoy embarazada.

-¿Pero qué dices? -le grito, y enseguida bajo la voz porque pienso que Sarah Y Tim pueden oírlo y a continuación me doy cuenta de que no iban a entender nada porque no saben español, y ya todo me da igual y vuelvo a gritar-: ¿ ¡Pero qué dices!?

-Pues que el día antes de venir a Irlanda lo hicimos... Y Richy me pidió que fuera sin condón y... lo hicimos Y... me tenía que bajar la regla y no me ha bajado.

Me quedo tan en shock que no sé ni qué decirle. Y entonces las palabras me salen sin ni siquiera pensar en lo que digo:

-¿Pero cómo pudiste? ¡A quién se le ocurre! y luego me preguntas qué es lo que no me gusta a mí de él. ¡Pues que es un mierda! ¡Que alguien tiene que decirlo de una vez! ¡Pero a quién se le ocurre! -repito.

Me doy cuenta de que estoy muy nerviosa e intento tranquilizarme y respirar despacio.

-Estás más enfadada que yo.

-Pues claro, Yoana. ¡Pues claro!

-A lo mejor no me ha bajado por las emociones del viaje...

-Sí, eso también puede ser. Pero madre mía, Yoana... Que es muy serio, que quedarse embarazada... Y no es solo eso, las enfermedades...

Susana Vallejo y Sofía Rhei, Irlanda sin ti

No hay comentarios:

Publicar un comentario