viernes, 23 de abril de 2021

EL ENIGMA DE LA HABITACIÓN 622

 

Una noche de diciembre, un cadáver yace en el suelo de la habitación 622 del Palace de Verbier, un hotel de lujo en los Alpes suizos. La investigación policial no llegará nunca a término y el paso del tiempo hará que muchos olviden lo sucedido.

Años más tarde, el escritor Joël Dicker llega a ese mismo hotel para recuperarse de una ruptura sentimental. No se imagina que terminará investigando el viejo crimen, y no lo hará solo: Scarlett, la bella huésped de la habitación contigua, lo acompañará en la búsqueda mientras intenta aprender también las claves para escribir un buen libro.

¿Qué sucedió aquella noche en el Palace de Verbier? Joël Dicker nos lleva finalmente a su país natal para narrarnos una investigación policial en la que se mezclan un triángulo amoroso, juegos de poder, traiciones y envidias en una Suiza no tan tranquila, donde la verdad es muy distinta a todo lo que hayamos imaginado.

                La novela es un homenaje a su editor Bernard de Fallois, que falleció poco antes, donde el escritor profundiza en su relación con él y cómo le llegó el éxito, y nos la va contando a lo largo de todo el libro.

                Tenemos varios saltos temporales, desde el presente a diversos momentos del pasado, antes y después del asesinato, que hasta mitad del libro no se produce, y aún se tarda más páginas en que se nos diga quién es el muerto; todo ello para contarnos la vida de los protagonistas, los acontecimientos que rodean al asesinato y lo que ocurrió después.

La historia gira en torno al nombramiento del nuevo director del banco Ebezner, siendo los candidatos  Macaire Ebezner, hijo del antiguo director y cuya familia le puede dar los votos necesarios, y Lev Levovitch, un joven que ha salido de la nada y ha subido como la espuma. La semana antes de la elección, Macaire no dudará en hacer la pelota todo lo posible a su familia y hacerle cualquier jugada sucia a Lev. Tenemos a Tarnagol, uno de los dueños del banco, con negocios no muy claros; a Jean-Bénédict Hansen, que le vemos ayudar a su primo Maurice. Pero para liar más la cosa tenemos un triángulo amoroso: Maurice, su esposa Anastasia y Lev (antiguo novio y actual amante de esta). Y otra trama secundaria que tenemos es que Maurice cree que trabaja para el servicio secreto suizo para desenmascarar los negocios de Tarnagol. Y a lo largo de la historia, el escenario principal es el Palace de Verbier.

Los enredos y los engaños se van sucediendo y superponiendo para enganchar al lector y que este quiera proseguir con la historia, una formula que hasta ahora le ha funcionado bien a Dicker.

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