miércoles, 19 de diciembre de 2018

BARRO DE MEDELLÍN


            Enviado por Juan


Para Camilo y Andrés, los días transcurren vagabundeando por las calles de su barrio en Medellín, el mejor lugar del mundo. Camilo tiene claro que, cuando sean mayores, dirigirán una banda de ladrones. Pero Andrés no quiere ser ladrón, como su padre y su abuelo. Eso sí, siempre estarán juntos.

La vida de Camilo no es nada fácil. Vive en un barrio pobre. Tiene un padre alcohólico que le trae muchos problemas (le manda comprar alcohol sin darle dinero; si no lo consigue, le dará una paliza) y una madre trabajadora y abnegada que a duras penas logra obtener lo necesario para el sustento de Camilo y su hermano pequeño.

Camilo tuvo que robar los ladrillos para construir la
casa en la que viven, los robó de la Biblioteca, cuando la comenzaban a edificar, y, para que no los pillen, su padre le ordena a Camilo que le de barro a la casa cada vez que llueve.

Un día entran en la Biblioteca, y Camilo roba un libro para después cambiárselo a Rafael por aguardiente. Al día siguiente, repite la misma operación. Al tercer día, a la salida, Mar, la bibliotecaria, se lo cambia por otro libro. Cuando Camilo se dirigía a la taberna para continuar con sus trapicheos, decide no cambiar el libro por aguardiente, que prefería dormir en la calle que volver hacerlo y convertirse en un ladrón. Busca un refugio para en la taberna poder pasar la noche, y allí empieza a leer el libro de la Biblioteca.

Alfredo Gómez Cerdá  nos muestra cómo la cultura puede cambiar la vida de una persona. El libro está escrito de una forma muy sencilla, fácil de comprender

PREMIO DE LITERATURA INFANTIL ALA DELTA 2008
PREMIO NACIONAL DE LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL 2009

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