martes, 13 de julio de 2021

LOS VIEJOS ROCKEROS NUNCA MUEREN

 

13 de julio

Día internacional del  rock

Pero Samarkanda es, además, el nombre de un grupo de rock de los años 90 del siglo pasado. Desde su origen, sus componentes han ido cambiando y el grupo ha evolucionado, a pesar de que en algún momento estuvo a punto de desaparecer. Las letras de las canciones de Samarkanda fueron una mezcla de poesía y arte callejero, pero sus raíces están en el rock.

La primera vez que vi actuar a Samarkanda fue en agosto de 1992, en el estadio de fútbol Vicente Calderón de Madrid. Fue un concierto memorable en el que actuaron media docena de grupos. El plato fuerte fueron Samarkanda y Rosendo Mercado. Cómo olvidar aquel concierto. Por aquella época yo todavía soñaba con ser crítico musical y publicar reseñas y entrevistas en la revista Rolling Stone. Después la vida me llevó por otros caminos y, aunque mi trabajo siempre ha estado relacionado con la escritura, nada de lo que he publicado en este tiempo tiene que ver con la crítica musical y apenas con el periodismo. Pero eso es otra historia, o a lo mejor no lo es y todo forma parte de la misma historia.

Samarkanda, con dos discos publicados ya en 1992, se había convertido en un referente musical y tocaba en los festivales más importantes del país. Tenía tanta fuerza que sus canciones terminaban sirviendo de inspiración para otros grupos. Sus letras eran magistrales. El guitarrista y cantante del grupo se llamaba Jimi, y cuando lo vi por primera vez en el escenario me pareció el hombre más feo del mundo. Era realmente feo, pero derrochaba un torrente de voz que ponía los pelos de punta y elevaba la temperatura en el estadio.

Jimi era como un terremoto en el escenario. Tenía entonces veintidós años y ya había dejado de ser una joven promesa. Con su fuerza y su magnetismo llegaba a anular en algunos momentos al resto de la banda, que se hacía invisible. Se movía de un lado a otro del escenario como si tuviera alas. Saltaba, cantaba y rasgaba la guitarra con una energía brutal. Todo a la vez. De todos los músicos que he visto actuar en directo a lo largo de mi vida, no hay ninguno que se pueda comparar con él. Desde aquel lejano verano de 1992 me convertí en un seguidor incondicional de Samarkanda y, sobre todo, de Jimi, su líder.

El final de aquel concierto fue apoteósico. Jimi y Rosendo subieron juntos al escenario y cantaron la mítica canción Maneras de vivir, que con el paso de los años se convirtió en uno de los diez mejores temas de rock de todos los tiempos, casi un himno. Todavía me parece escuchar el griterío y los aplausos del público, que se prolongaron cuando los artistas habían bajado ya del escenario y quizás incluso habían abandonado el estadio.

Luis Leante, Maneras de vivir

PREMIO EDEBE LITERATURA JUVENIL 2020

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