Trece chicas,
siete de ellas menores de edad, murieron fusiladas la madrugada del 5 de agosto
de 1939 contra las tapias del cementerio del Este en Madrid. Su delito: ser
«rojas».
El periodista
Carlos Fonseca recupera uno de los episodios más trágicos y desconocidos de la
posguerra española. Un capítulo olvidado de los textos de Historia, con
mayúscula, pero que permanecía fijado a fuego en la memoria de quienes
sobrevivieron a aquel suceso. Con cartas de las protagonistas desde prisión, el
testimonio de mujeres que vivieron los hechos y que compartieron amistad y
cárcel con ellas, los recuerdos de sus familiares y la investigación en
archivos militares y penitenciarios, el autor recupera la memoria histórica de
un puñado de jóvenes idealistas que lucharon por la República, y recrea el
ambiente opresivo del Madrid de la inmediata posguerra.
El libro me ha
gustado porque te cuenta todo lo que pasó
y el porqué, te cuentas las historias que las rodearon. Si la comparamos
con la película no tiene nada que ver… El libro te informa mucho más sobre
ellas, sobre sus sentimientos, sobre sus familias, sobre su personalidad. Me ha
gustado su historia, ya que a pesar de la represión franquista en la cárcel,
las torturas y vejaciones, siguen luchando por lo que creen, y siempre tomando
todo con el mejor humor que podían sentir las mujeres que estaban allí,
rozándose las unas con las otras, sin agua y todo lleno de enfermedades.
QUE LA HISTORIA NO OLVIDE MI NOMBRE
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