martes, 27 de noviembre de 2018

EL DOCTOR PROCTOR Y LOS POLVOS TIRAPEDOS



Enviado por Pedro:

Había una vez una hermosa princesa que vivía en un palacio rodeado de un jardín repleto de rosas y orquídeas. Pero eso es otra historia. Esta trata de pedos. Pero no de esos pedetes que sueltas sin que nadie se dé cuenta. No, aquí estamos hablando de pedos como cañonazos, de pedos que revientan los pantalones y lanzan a los niños por los aires.

Esta es la historia de Tapón, un niño diminuto, pelirrojo de un rojo chillón, que se ha mudado a la calle de los Cañones. Allí viven también unos malvados gemelos, Truls y Trym, los matones oficiales del colegio; Lise, que pronto se hará su amiga, y el doctor Proctor, que se define a sí mismo como un científico casi chiflado y cree que sus inventos son poco prácticos.

Su última creación son unos polvos que sólo sirven para tirarse pedos. A Tapón se le ocurre modificar la formula para vender petardos a los niños. Lo malo es que se equivocan, y el resultado se lo querrán vender a la Nasa, hasta que se enteran los padres de los gemelos…

Si a esto añadimos una rata de agua de Mongolia, un flan de metro y medio, una anaconda hambrienta suelta en la red de alcantarillado, y una historia de amor imposible, la diversión está asegurada al unir los elementos escatalógicos con las situaciones disparatadas y el humor.

Esta historia de Jo Nesbø, el famoso autor novela de novela negra, comienza  el año 2007, cuando su hija le pidió que le explicara un cuento mientras cenaban, y la serie tiene ya varios volúmenes.

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